Derecho del Turismo en las Américas
Marco Legal del Turismo en la República Dominicana 1307 2. FACTORES DE ÉXITO DEL TURISMO DOMINICANO Claro está que el turismo, tal como lo conocemos hoy, no tiene más de un siglo. Su desarrollo impresionante se dio, principalmente, con el incremento de las opciones para transportarse de un lugar a otro: el ferrocarril, los vehículos, los aviones, los barcos. Sin embargo, fue recién en las últimas décadas, que la gran mayoría de los países del mundo vio como este sector seguía adquiriendo cada vez más relevan‑ cia dentro de su económica nacional. La democratización del turismo y la masificación de los viajes hacen que los países vayan adaptando sus facilidades y ofertas turísticas a un público cada vez más diversificado y exigente . La República Dominicana no está fuera de ese mundo, en el que la innova‑ ción es lo que manda. Más aun, siendo un país de tamaño menor, juega un rol preponderante a nivel internacional. Ha sabido posicionarse muy bien entre los líderes turísticos en un ámbito que conoce profundamente, el hospedaje bajo esquema de “todo incluido”, destinado, principalmente, a un segmento específico. Pero, desde el 2001, el Estado decidió diversificar su oferta turística, promo‑ viendo no solo la inversión en hoteles, sino también en ofertas turísticas complementarias y otros tipos de alojamiento, producto de un desarrollo que se enfocó solamente en un solo segmento, exitoso, pero un solo segmento al fin. De esta manera entendió que un país no debe centrar su éxito en un modelo específico de oferta turística. Francia es más que la torre Eiffel, es turismo de viñedos, es sol y playa, es la Costa Azul, es campiña, es historia viva. México es más que sol y playa, es pirámides, es cultura azteca, es ciudad, es también turismo de negocios y convenciones y tantos otros. España es tan infinita que tanto vale la oferta de sol y playa de las islas y de la Costa del Sol, como la oferta de nieve o el turismo inmobiliario ofrecido para el resto del mundo, sin dejar de lado ciudades emblemáticas como Madrid y Barcelona. Ese crisol de opciones hace que las facilidades de alojamiento y ofertas complementarias vayan variando, y evolucionan con una gama de turistas que también evoluciona en sus necesida‑ des y en sus gustos. La República Dominicana, dentro de su esquema de sol y playa, es mucho más que oferta hotelera de “todo incluido”. Su evolución ha hecho que el turismo inmobiliario sea una realidad, que el turismo interno busque ciertas características de alojamiento , que hoteles boutique de muy alto estándar también consideren el país como una opción, que el turismo de naturaleza sea incipiente a través de la
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