Derecho del Turismo en las Américas

756 DERECHO DEL TURISMO EN LAS AMÉRICAS de difíciles consecuencias. Esto es válido, en especial, para las excursiones de turismo que están en plena etapa de crecimiento por el interés que despierta la zona. Muchos escritores omiten, en el descubrimiento de la Antártica, a los portu‑ gueses. Justo es reconocer que ellos descubrieron el archipiélago sideral de la Cruz del Sur, cuyas constelaciones de estrellas son visibles desde el Paralelo 30 norte. Los navegantes portugueses fueron los primeros en guiarse por la Cruz del Sur en sus navegaciones australes. Américo Vespucio es quien realiza, en 1500, su viaje por el Atlántico Sur, al servicio de la Corona de Portugal, y es Enrique “el Navegante” el fundador y promotor de la Escuela de Navegación de Sagres, quien se hace cargo del coste de las expediciones portuguesas, aunque nunca haya participado en una navegación. Etimológicamente, Antártica surge de la prefijación de ANTI a la palabra ARKTOS – que es la Osa menor y punto próximo a la estrella polar –, por encontrarse en el lugar opuesto, llegando así a ANTARKTKOS, para indicar austral meridional del Sur, septentrional del Norte. Se debe mencionar que los “estrelleros”, o sistemas de estrellas o constelacio‑ nes, fueron la guía de los navegantes de la antigüedad y punto de referencia para cumplir las rutas de la navegación en la alta mar. La participación portuguesa es una actividad indirecta pero conducente a la llegada a la Antártica. La idea sobre la existencia de una Tierra Austral tiene su origen en los griegos, quienes sostuvieron que la tierra era una esfera y que por simetría debería existir otra tierra más al sur, la Terra Australis Incognita . A ese extremo que compensaría las tierras del norte (conocidas o ARKTIKOS), se le denominó ANTARKTIKOS. La evolución de las expediciones, que después de este análisis sobre el descu‑ brimiento de la Antártica, es elocuente en las etapas que sucedieron al conocimiento del continente Blanco. Ya avanzada la ruta del siglo XVI y ya avanzados los sesenta años de su descubrimiento, la geografía tenia escasa infor‑ mación general acerca de la configuración de las partes atribuibles a la Terra Australis . 2.1. La Tierra del Fuego La Tierra de los Fuegos fue considerada, en su época – incluso por Hernando de Magallanes –, como el inicio de estas incógnitas tierras, pero aún así de posterio‑ res descubrimientos, sobre todo de la forma insular de la Tierra de los Fuegos, se mantenían en franca situación de dudas. Ante el comentario de que la TDF fue

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