Derecho del Turismo en las Américas
Transversalidad y Realidad del Derecho Público del Turismo 91 dencia en la comercialización y en sus agentes ha obligado a plantearse seriamente sobre el futuro de los tradicionales intermediarios turísticos. ¿Desaparecerán o cambiarán su forma de trabajar? De momento, tratan de adaptarse, cambiando su forma habitual de trabajar y algunos de los servicios que han prestado tradi‑ cionalmente, así como incorporando otros. Así, han individualizado su oferta, trabajando como asesores personales del turista ayudándole a singularizar su viaje, de acuerdo con sus hábitos y preferencias. En relación con la comercialización, hay que hacer también un recordatorio de la importancia que Internet posee para el trabajo de las pequeñas y medianas industrias, que son ampliamente mayoritarias en el sector. Para estas empresas, la Red es una extraordinaria oportunidad de multiplicar su volumen de negocio y de alcanzar nuevos mercados. Ahora bien, para que la oportunidad se haga reali‑ dad, será precisa una actuación racional, concertada y, en buena medida, apoyada desde los poderes públicos. La intervención individualizada, si bien en algunos casos puede deparar resultados satisfactorios, estará llamada en la mayoría de los casos a caer en la selva de la oferta informativa de Internet. Por ello, es preciso fomentar esfuerzos conjuntos que faciliten el alcanzar un espacio propio en la compleja maraña que es la Red. Las observaciones a realizar en relación con la información turística en Internet son similares a las planteadas en relación con la comercialización. De nuevo nos encontramos ante una actividad del sector turístico que ya ha sido radicalmente afectada por el desarrollo tecnológico. Precisamente, la principal diferencia con la comercialización, se encuentra en los sujetos afectados, ya que, sin descartar, desde luego, a las agencias, habrá que tener también presentes a las propias empresas turísticas y al propio poder público. En este sentido, particular interés ofrece el reto que supone para el poder público la Red como vehículo de infor‑ mación turística y, en consonancia, de captación de posibles visitantes. Sin embargo, hasta la fecha se trata de una cuestión desarrollada con debilidad. La existencia de buenos portales institucionales, que los hay, no puede confundirse con una adecuada política informativa en la Red. El portal es un requisito inelu‑ dible, pero la política ha de entenderse como una totalidad que debe integrar también a otros sujetos afectados. Y las políticas globales escasean. Como es fácilmente comprensible, una de las cuestiones abiertas es la de la protección de los turistas como consumidores y usuarios electrónicos 20 . Poco hay de diferente en relación con otros sectores del comercio electrónico, en los que 20 Véase, M. J. MORO ALMARAZ, La protección del turista ante el comercio electrónico, ob. cit., p. 521.
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