Derecho del Turismo en las Américas
Transversalidad y Realidad del Derecho Público del Turismo 97 solidada. El trabajo de ese capital simbólico vinculado al derecho parece reflejarse en la construcción jurídica de la imagen y de la marca en las leyes autonómicas. Junto a la calidad, la seguridad ha emergido como uno de los retos más importantes para la política turística contemporánea. De hecho, se señala que la seguridad es un componente esencial en el actual concepto de calidad. Así, la seguridad emerge como expresión primaria de los derechos del turista consumi‑ dor/usuario y se afirma que los estados turísticos tienen el derecho‑deber de garantizar la seguridad de los turistas. La seguridad turística se define como la estricta minimización de riesgos y peligros para el turista, abarcando el plano físico, legal o económico 30 . Contra lo que puede parecer en un primer momento, sujetos de la seguridad turística no lo son solamente los viajeros o los clientes. Desde luego, estos ocu‑ parán un lugar privilegiado dentro de los objetivos de una política de seguridad. Pero, junto a ellos, habrá que contemplar como sujetos de esa política a los tra‑ bajadores de la industria turística y los propios empresarios. Ello significa la necesidad de desarrollar un concepto más amplio y complejo de seguridad, con las naturales consecuencias normativas. La administración no puede olvidar esta diversidad subjetiva de la seguridad turística y ha de asegurarse de que existen respuestas adecuadas para los diferentes desafíos que sugieren cada uno de ellos 31 . Por lo tanto, es preciso desarrollar un concepto amplio, generoso y bidirec‑ cional de la seguridad. Un concepto que no haga hincapié en los aspectos negativos de la misma o que, al menos, sea capaz de relativizar su impacto. En general, la normativa actual no contempla la seguridad de forma global en el conjunto de la política turística. Ello ha de cambiar. Como en otras cuestiones, ha de pasarse de la actual reducida y fragmentaria regulación de la seguridad a una regulación más completa y sistematizada, más deudora de una visión inte‑ gral del turismo desde los principios que lo informan a principios del siglo XXI. Junto a ello, deberán desarrollarse nuevos instrumentos, como la creación de estándares de seguridad que, a la vez, han de servir como instrumentos de la política turística de calidad. En este punto, y de manera profundamente ligada a esa visión integral de la seguridad, es necesario señalar que tanto la propia seguridad, como en su con‑ junto la calidad turística obligan a insistir en una perspectiva nueva: no se trata solo de asegurar los derechos de los turistas, sino también de establecer y hacer 30 Vid, J. BLANCO HERRANZ, Reflexiones sobre seguridad, poderes públicos y actividad turística, ob. cit., pp. 10 y 11. 31 Vid, P. E. TARLOW, La seguridad en la industria del turismo, www.securitymanagement.com/library , p. 1.
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