Derecho del Turismo en las Américas

La Legislación Turística en el Ecuador 983 con eficiencia, eficacia y buen trato, así como a recibir información adecuada y veraz sobre su contenido y características”. Esta disposición entonces también se extrapola a los servicios turísticos y a la necesidad de unos mínimos de calidad en ellos, lo que se debe plasmar en la normativa secundaria. El derecho constitucional ecuatoriano se ha destacado por su carácter garan‑ tista de derechos y su progresividad, por ello es interesante que la Constitución Ecuatoriana de 2008 tenga ya menciones a los derechos de ocio, descanso y buena calidad de los servicios públicos y privados, entre los que se pueden asimi‑ lar los turísticos. 4. LA LEY DE TURISMO DE 2002 En un gran esfuerzo conjunto entre los sectores público y privado ecuatorianos, se redactó una Ley de Turismo, en el año 2001, aprobada en 2002, que reempla‑ zaba a la desactualizada Ley de 1997. Este cuerpo legal contó con una serie de innovaciones muy interesantes para la época, los que han marcado su vigencia hasta la fecha. Actualmente, el Ministerio de Turismo se encuentra trabajando en un nuevo proyecto de Ley que, a la fecha del cierre de esta edición, no ha entrado aún a debate en la Asamblea Nacional, pero que algunos de sus borradores han sido ya socializados y discutidos. La Ley vigente ha sufrido constantes cambios y derogaciones, especialmente por la aprobación de otros cuerpos legales que la han modificado a lo largo de sus 17 años de vigencia. Se analizará a continuación algunos aspectos interesantes que contiene la Ley de 2002: 1. Se consagra como principios de la actividad turística, los siguientes: – La iniciativa privada como pilar fundamental del sector; con su contribu‑ ción mediante la inversión directa, la generación de empleo y promoción nacional e internacional; – La participación de los gobiernos provincial y cantonal para impulsar y apoyar el desarrollo turístico, dentro del marco de la descentralización; – El fomento de la infraestructura nacional y el mejoramiento de los servicios públicos básicos para garantizar la adecuada satisfacción de los turistas; – La conservación permanente de los recursos naturales y culturales del país; y – La iniciativa y participación comunitaria indígena, campesina, montubia o afro–ecuatoriana, con su cultura y tradiciones, preservando su identidad,

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